La reacción alérgica medicamentosa es cualquier efecto perjudicial o indeseado, que ocurre tras la administración de una dosis de un fármaco.
La incidencia exacta es desconocida. Un 5% de adultos pueden ser alérgicos a uno o más fármacos, aunque un 15% de la población general se dice alérgico e identifica antibióticos y analgésicos como principales medicamentos responsables. Estos datos no constituyen una fuente fidedigna de información, debido al desconocimiento o confusión existente respecto al término alergia medicamentosa, identificado vulgarmente con cualquier forma de reacción adversa a medicamentos. Existen dificultades importantes para distinguir si una manifestación clínica es el resultado de una medicación específica o forma parte de la enfermedad del paciente. Además, muchos de los síntomas atribuidos a la administración de un medicamento, tales como cefalea, náuseas o prurito, son subjetivos y muchos individuos presentan estos síntomas sin que hayan recibido ningún fármaco.
Reacciones predecibles:
Según el mecanismo farmacológico, los efectos adversos a medicamentos pueden clasificarse en predecibles o impredecibles. Las reacciones predecibles son las más frecuentes (70-80%); son dosis-dependiente, pueden ser consecuencia de efectos farmacológicos directos o indirectos y afectan a individuos 'normales'. Pueden ser:
• Sobredosificación relativa: Puede presentarse por predisposición genética. Se produce una respuesta exagerada del individuo a la dosis habitual de un medicamento. Algunos ejemplos son: sangrado por anticoagulantes orales, hipoglucemia por antidiabéticos orales, etc.
• Efectos colaterales: Derivados de la multiplicidad de acciones farmacológicas de un medicamento, no deseables en un determinado contexto clínico. Se producen en dosis terapéuticas. Es el tipo de reacción adversa a medicamentos más frecuente. En ocasiones se asemejan a reacciones de tipo alérgico con liberación de histamina, no mediada por mecanismos inmunológicos.
• Efectos secundarios: Fenómenos que suelen tener relación indirecta con la acción farmacológica principal del medicamento y se manifiestan como una nueva enfermedad.
• Interacciones medicamentosas: Los fármacos pueden interactuar entre sí, produciendo alteraciones en sus efectos.
Reacciones impredecibles:
• Reacciones idiosincrásicas: Respuesta cualitativamente anormal, diferente de las acciones farmacológicas del medicamento. Se produce en pacientes susceptibles, no por mecanismo inmunológico (clínicamente puede parecer una reacción inmunológica).
• Intolerancia: Respuesta cuantitativamente anormal, que implica un incremento de un efecto farmacológico característico de la droga y que, a menudo, se produce con pequeñas dosis de la misma en algunos individuos.
Factores que influyen en el desarrollo de una Reacción Alérgica Medicamentosa:
• Relacionados con el fármaco:
o Vía de administración.
o Dosis, duración del tratamiento e intervalo.
• Relacionadas con el paciente:
o Edad: en niños poco frecuente, en ancianos mayor probabilidad debido a alteraciones farmacocinéticas, la mayoría en adultos jóvenes y de mediana edad.
o Sexo: más frecuente en mujeres.
o Factores genéticos
o Enfermedades concurrentes y tratamientos concomitantes: desnutrición, hipoalbuminemia, insuficiencia renal y hepática, infecciones, inmunodeficiencias, asma (no aumenta el riesgo de reacción, pero sí se asocia a reacciones más graves).
¿Cómo se diagnostica?
Un examen de la piel y de la cara puede mostrar ronchas, erupción o angioedema (hinchazón de los labios, cara o lengua). También la reducción de la presión arterial, sibilancias (sonido agudo y silbante que hace el aire al pasar por las vías respiratorias congestionadas) y otros signos pueden indicar una reacción anafiláctica.
Las pruebas cutáneas pueden confirmar la alergia a medicamentos de tipo penicilina. Las pruebas para otros medicamentos pueden ser ineficaces o peligrosas en algunos casos. Un antecedente de reacciones de tipo alérgico después del uso de un medicamento suele considerarse prueba suficiente de una alergia al fármaco y no se requieren exámenes adicionales. Lo mismo se aplica a otras sustancias que no se consideran fármacos, pero que se utilizan en los hospitales, como los medios de contraste para ‘rayos X’.
Tratamiento:
El objetivo del tratamiento es aliviar los síntomas y prevenir una reacción severa. El tratamiento puede abarcar:
• Antihistamínicos para aliviar los síntomas leves, como erupciones, ronchas y picazón.
• Broncodilatadores.
• Corticosteroides aplicados a la piel, administrados por vía oral o intravenosa (directamente dentro de la vena).
• Epinefrina inyectable para el tratamiento de la anafilaxia.
Se debe evitar el fármaco desencadenante y otros medicamentos similares. Asegúrese de que todos los médicos, incluyendo odontólogos y personal del hospital, sepan acerca de las alergias a fármacos que usted o sus hijos tengan.
Es aconsejable el uso de prendas de joyería o tarjetas que identifiquen sus alergias, así como facilitar a sus médicos los informes dónde esté identificada la alergia medicamentosa que padece.
Firmado: Mª Ángeles Peña Esteban (Médico).
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