Juan Antonio Martínez |
viernes, 24 de abril de 2009 |
Se ha reabierto el debate sobre las pensiones públicas con unas palabras del gobernador del Banco de España que auguran problemas y que personas e instituciones no interesadas en la mentira a corto plazo para mantenerse en el gobierno consideran acertadas.
Por el contrario, ZP, su ministro de trabajo y su gobierno dicen que las garantizan hasta 2025, fecha en que nadie lo recordará porque habrán prometido miles de cosas más, ellos mismo no estarán en el gobierno y su partido prometerá otras ideas más estrambóticas o ampliará el aborto a las niñas de 8 años para distraer “ampliando libertades” (lo podrían hacer ya de no necesitarlo en el futuro).
No creo que la garantía proceda de su propio bolsillo, ni de su trabajo, ni de una hipoteca sobre su patrimonio o sobre el de su partido, y tampoco del producto de las empresas que ellos funden; la garantía es sólo la palabra de los que prometieron (¿o no?) el pleno empleo en las últimas elecciones.
Como todas las propuestas socialistas se hacen sobre el dinero ajeno que detraen mediante los impuestos a los trabajadores españoles, a los contribuyentes que pagamos lo que nos obligan a la fuerza (como ellos entienden la libertad) y que no confiamos en la palabra de estos lenguaraces nos gustaría que pusieran dinero propio para que, si lo que dicen es cierto, en esa fecha lo recuperaran con intereses y, si no lo es, lo perdieran; como sucede en las arras. Si no tienen suficiente podían pedir algo prestado a los beneficiarios de su gestión como lo grupos informativos, los sindicatos de clase o los titiriteros de canon digital, al menos podríamos ver el grado de generosidad de los solidarios.
Pero la caución de las promesas del socialismo es la ilusión (dado que no tienen creencias) de sus votantes para que siempre paguen otros; esa sí que está garantizada y en constante aumento, aunque no creo que son ella se pueda pagar las pensiones por mucho tiempo.
* Juan Antonio Martínez Muñoz es profesor titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
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