Corrupción municipal y tiranía |
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Juan Antonio Martínez Muñoz |
martes, 10 de febrero de 2009 |
Que se detecte un caso de corrupción en un ayuntamiento entra dentro de la miseria humana y resulta procedente investigarlo y que se depuren las responsabilidades que permita el precario sistema jurídico que nos han impuesto; no debería sorprender a nadie y cabría esperar que se haga Justicia de forma sosegada aunque con rigor.
Lo que ya no resulta tan comprensible es el tratamiento mediático que dan al caso unas televisiones que, en los últimos 30 años, no han dado ninguna noticia perjudicial para el mafioso entramado que detenta el poder sino que, con distracciones circenses y sexuales, ocultan crímenes importantes y hasta masivos de ese poder y hacen sospechar una manipulación real de dimensiones mayores que la imaginada por Orwell para 1984, aunque adaptada a la peculiar idiosincrasia de la sociedad actual. El que todas esas televisiones hayan dado mucha más información conjetural sobre la niña inglesa que desapareció en Portugal que la probada sobre los atentados de Atocha es un indicio que hace sospechar que algo muy grave ocultan y que beneficia siempre a determinados poderes fácticos fácilmente reconocibles.
Su credibilidad es nula pero el efecto político decisivo. Si no hubiera unas elecciones a la vista no podríamos suponer que estamos ante una adulteración de la realidad similar a la de los terroristas suicidas inventados en los trenes de Atocha y de los que, una vez conseguido el objetivo del golpe político que pretendía la falsificación, nunca más se supo.
La utilización política de la información masivamente manipulada es paralela a la que se hace de las instituciones del estado. Para que haya Justicia debe existir respeto a la Verdad y un entorno adecuado para que la investigación sea llevada a cabo por jueces imparciales y equilibrados, que no den la impresión de ser chekistas en beneficio del poder que los pueda comprar eventualmente situándolos, por ejemplo, de número 2 de la "X" del GAL, sin juicios paralelos manipuladores de los medios del gobierno beneficiario; si eso no es posible es difícil evitar suponer que el poder político dominante sea tiránico.
* Juan Antonio Martínez Muñoz es profesor titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
Este diario no asume como propias las opiniones difundidas a través de las colaboraciones y cartas al director que publica.
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Enhorabuena por vuestras opiniones y por intentar abrirnos los ojos a la REALIDAD que solo a vosotros ha alcanzado...auténticos "ILUMINATI"