Condones gratis para todos |
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Juan Antonio Martínez Muñoz |
viernes, 16 de enero de 2009 |
El comportamiento obsesivo en materia sexual no es atribuible sólo a individuos zafios y pervertidos; es también característico del pringoso socialismo prostibulario. Lo confirma la estrategia de todas las dictaduras socialistas –véase el burdel cubano- y las constantes y costosas campañas propagandísticas, como la ahora anunciada por el ministerio socialista de sanidad para distribuir preservativos en los institutos. Parece que la inmensa mayoría de los jóvenes no hace ningún caso a la enfermiza manía de la minoritaria casta de la nomenkatura política dominante y ésta tiene que ocultar el fracaso del único modo que sabe: obligando. Ahora a través del sistema educativo público del que pocos jóvenes pueden escapar y cuyas carencias culturales e intelectuales contribuye a tapar. No consiguen venderles lo único que los tiranuelos de los regímenes políticos degenerados tienen en la cabeza y se lo imponen.
Es probable que con ello traten de conseguir o asegurar votantes, por más que sean de una calidad moral deleznable; es probable que traten de conseguir un nivel de ignorancia en el que tenga arraigo permanente la mentira política sistemática haciendo que los jóvenes se mantengan de por vida en el nivel científico del ministro; es probable que el consumo sexual actúe como sustitutivo de los bienes y servicios que el régimen es incapaz de producir. Lo que es seguro es que la garantía que prometen en las relaciones sexuales tiene el mismo crédito que las promesas-farsa de pleno empleo de ZP. Pero el socialismo necesita del condón porque donde no lo haya puede madurar una persona que, abandonando el rebaño del género, piense por sí misma y, entonces, se pierde un votante y, quizás, un terrorista.
* Juan Antonio Martínez Muñoz es profesor titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
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