Álvaro Diez Frutos |
lunes, 03 de noviembre de 2008 |
Por la actuación de un juez murió una niña, Mari Luz. El magistrado no cumplió con su obligación de meter en la cárcel al presunto autor material de la tragedia, sabiendo lo peligroso y lo fácil que era que reincidiera.
¿Qué no es un homicidio por negligencia? Por este motivo va a la cárcel un médico, un empresario, un arquitecto. Pero, ¿quién juzga a un juez? ¿Un compañero suyo? ¿Y qué va a decir? Que cuando veas las barbas de tu vecino pelar, echa las tuyas a remojar. No va a tirar piedras a su propio tejado. ¿Cómo se van a dar ‘caña’ entre ellos?
Ha crucificado a la secretaria. Ha culpado a otro de su fracaso. Ha pisado al de abajo. La inmunidad a prueba de escándalos existe. Y la impotencia frente a la injusticia también.
¿Qué pasa si matan al hijo de un magistrado? Si todos fuéramos iguales significaría que cualquiera con razón podría meter en la cárcel a un juez. ¿Esperar a que le pongan la soga en su casa? La familia Cortés ha dejado claro que no quiere besar billetes, pide a la Justicia que sea justa. Me parece pedir peras al olmo.
Tendría que inventarse algo para casos como este, porque yo en su lugar también intentaría escaquearme. El que lo hace, que lo pague.
|